Era taciturna y esquiva
callada y profunda
como un sol detrás de una herida,
como un lazo roto,
como luz empedernida
colándose por una rejilla.
Era blanda
de media estatura
como una flor a la medida
de un colibrí sin apremio
como un racimo de vientres
con piel de aprendiz
y sabor de azucarado magma.
Era de pelo si;
de velos entresacando visos
de una recóndita miel.
Y ojos si...
de un famélico color
de dormir almibar y cobre,
de un andar de siluetas
de fémina uniforme.
Era... si
era:
un conjunto de adjetivos y verbos
y aromas
y labios sin pausas;
de pronosticadas frases
y encuentros superlativos.
Y si
era.
Era como una frase íntima...
Mía.
callada y profunda
como un sol detrás de una herida,
como un lazo roto,
como luz empedernida
colándose por una rejilla.
Era blanda
de media estatura
como una flor a la medida
de un colibrí sin apremio
como un racimo de vientres
con piel de aprendiz
y sabor de azucarado magma.
Era de pelo si;
de velos entresacando visos
de una recóndita miel.
Y ojos si...
de un famélico color
de dormir almibar y cobre,
de un andar de siluetas
de fémina uniforme.
Era... si
era:
un conjunto de adjetivos y verbos
y aromas
y labios sin pausas;
de pronosticadas frases
y encuentros superlativos.
Y si
era.
Era como una frase íntima...
Mía.
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